lunes, 18 de mayo de 2009

Los ERE proliferan, mientras las empresas mantienen beneficios

Los expedientes de regulación de empleo (ERE) han proliferado en 2009. En los tres primeros meses de este año se han aprobado casi 900, que afectan a casi 32.000 trabajadores. Como denuncian las centrales sindicales, los empresarios han optado por la vía de que sean las arcas públicas las que paguen sus salarios para que el negocio de las empresas no se resienta. Así ocurre que hay muchos beneficios en tiempo de crisis y las aseguradoras hacen negocio.

GARA > Idatzia > > Ekonomia. Juanjo BASTERRA

La aprobación generalizada de expedientes de expedientes de regulación de empleo (ERE) en Hego Euskal Herria pone de manifiesto el «chantaje» que los empresarios hacen a la Administración pública para que los apruebe. Primero, porque amenazan con despedir o deslocalizar la producción. Después, negocian el expediente a la baja sin comprometerse con los agentes sociales a no despedir, sino a garantizar una flexibilidad muy elevada para la plantilla. Ocurre el caso que en Michelin, que no ha presentado un expediente de trabajo, pero la empresa tiene a su disposición 70 días de cada empleado.

Para cuando se llega a estas circunstancias, una parte de los trabajadores temporales o subcontratas, a las que se recurría con facilidad en tiempos de bonanza económica, van al paro, sin expediente alguno.

En 2008 la tasa de temporalidad en suelo vasco alcazaba el 28%, aunque el efecto de la crisis ha reducido la misma a casi el 23%, aunque sigue siendo casi el doble de la existente en la media de la UE.

En Hego Euskal Herria hasta marzo, que son los últimos datos oficiales existentes, 31.917 trabajadores están afectados en 891 expedientes de regulación de diferente tipo, según datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) para Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y del Departamento de Innovación, Empresa y Empleo del Gobierno de Nafarroa.

En sólo tres meses superan en un 34% a todos los expedientados de 2008, cuando la crisis económica comenzó a manifestarse con fuerza.

Los expedientes de regulación de empleo deberían de servir a empresas con pérdidas y colapsadas por la falta de actividad productiva, sin embargo se sucede la picaresca entre los empresarios que aprovechan estas circunstancias para adelgazar sus plantillas y ajustarla para elevar los sistemas de temporalidad, una vez que pase la crisis.

Elevados beneficios

Multinacionales como Arcelor Mittal, Sidenor, que pertenece a la brasileña Gerdau, Mercedes Benz, encabezan los expedientes, y otras como Tubacex, Tubos Reunidos y Koxka, son ejemplos de que, a pesar de haber obtenido beneficios económicos, se acogen a los ERE. Se da el cas que esta pasada semana expertos europeos visitaron la planta de Zestoa de TS Fundiciones. Según su directora y número dos de Adegi, Aingeru Aizpurua, «en una época de crisis como la actual para la industria, en general, y para el sector eólico, en particular, es importante despertar interés de empresas que nos han visitado de países como Alemania, Holanda y Dinamarca, entre otras».

Esta empresa mantiene un expediente de regulación, a pesar de ese contrastado futuro que tiene, pero no se compromete por escrito a no despedir a los trabajadores hasta el 2010.

La realidad es que estas empresas que operan en Hego Euskal Herria están consiguiendo con estas actuaciones que sean las arcas públicas las que paguen durante un tiempo a los trabajadores que envían al paro. Además, como ofrece el Gobierno de Lakua, tendrán ayudas en caso de que a los trabajadores se les ofrezca formación profesional continua.

Tampoco se pueden escapar dos circunstancias importantes en relación a la evolución económica de las empresas. La primera es que las grandes han distribuido dividendos récord entre sus accionistas durante el primer trimestre de 2009, año de la crisis más virulenta en el mercado laboral. Y la segunda es que, aunque es cierto que la crisis está afectando a las cuentas de las compañías, la realidad demuestra que la bajada de los beneficios económicos no se debe exactamente por una pérdida en el valor de la producción, sino que las compañías están reduciendo deuda para sanear los balances, y lo hacen a costa de los beneficios.

Por otro lado, las aseguradoras han anunciado que pescarán en río revuelto, ya que se calcula que captarán nuevo negocio valorado en más de 2.000 millones. Se trata del negocio de ceses anticipados y prejubilaciones, en los que se asegura el pago diferido de los salarios.

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