viernes, 8 de mayo de 2009

Cerca del 40% de los parados cuenta con escasa posibilidad de volver a encontrar trabajo

Sólo dos de cada diez desempleados tiene casi seguro reintegrarse al mercado laboral. El sector industrial y las mujeres tienen menos probabilidades de reinserción

ELISA GARCÍA | MADRID. COLPISA. DV.

El drama del paro registrado afecta a 3.644.880 personas inscritas en los Servicios Públicos de Empleo (antiguas oficinas del Inem) en busca de una colocación, pero la tragedia se agrava mucho más en el caso de 1.391.270 desempleados (el 38,18%) que casi con toda seguridad jamás volverán a trabajar. Sus características les alejan de cualquier posible reinserción profesional, según la estadística publicada mensualmente por el Ministerio de Trabajo e Inmigración desde octubre de 2006. Las previsiones son devastadoras, apuntan que sólo el 23,52% del total de parados -dos de cada 10, es decir, unas 857.240 personas- dejará de ser desocupado.

Según el Índice de Ocupabilidad (IO), como se denomina el estudio, en la actualidad 443.410 parados, el 12,17% del total, se encuentran atrapados en el desempleo. Su posibilidades de escape son nulas y su grado de ocupabilidad muy bajo. El colectivo está integrado por prejubilados y perceptores del subsidio para mayores de 52 años y por quienes se apuntan a la lista para obtener otras ventajas sociales como descuentos en el transporte, acumular antigüedad en el paro, conseguir cursos de formación, estar vinculados a la renta activa de inserción, etc. A ellos se une otro 26,01% (947.860 personas) con ocupabilidad baja. También existe un 38,31% (1.396.370) que cuenta con una posibilidad media de volver al mercado laboral, y sólo el 23,52% (857.240) posee una opción alta de reinserción.

De la estadística se desprende que las mujeres, frente a los hombres, tienen menor probabilidad de dejar el paro; que cuanto mayor es el desempleado más difícil resulta su ocupación, y que en época de crisis la industria es la peor área productiva para la reinserción.

Los desempleados de Navarra y Madrid son los más recuperables, mientras que los del País Vasco se encuentran por encima de la media española. En 2006, los desempleados que se encontraban en mejor situación eran los navarros y los vascos.

A grandes problemas, grandes remedios: huelga general

Noticias de Gipuzkoa. Tribuna Abierta. Por Isi Caballero*

El capitalismo no renace de sus cenizas como Áve Fénix. No. El capitalismo resurge cíclicamente de la devastación provocada por su propia inercia. Renace de la precariedad social y laboral y de la depauperación obrera. Las nuevas, y no tan nuevas, fórmulas de enriquecimiento capitalista de las últimas décadas del siglo pasado y comienzos del actual han creado una burbuja económica que ha acabado por estallar, como no podía ser de otra manera, demostrando el vacío sobre el que se sustentaba. Era lo previsible, por mucho que se intente considerar como válida la fórmula de obtener riqueza y beneficios multimillonarios con el sólo aporte monetario y la especulación con respecto al valor real de "activos" e "inmuebles".

Quienes pretendían hacer dinero sin contar con la imprescindible intermediación del sector obrero han visto su castillo de naipes caer estrepitosamente. El problema, como siempre, es descubrir sobre quién ha caído la carga de tal fracaso: las capas populares, que sin comerlo ni beberlo deben ahora hacer frente a una crisis adquirida por obra y gracia del gran capital y sus mejores defensores, los gobiernos europeos y norteamericanos principalmente. A su vez, cientos de pueblos y naciones han sido esquilmados por la rapiña imperialista "primermundista" y, vergonzosamente, buena parte de los sectores pseudoizquierdistas europeos (léase como ejemplos a la socialdemocracia, euro y neocomunismo, algunos sindicatos, etc) han callado, cuando no apoyado descaradamente, el saqueo internacional.

Cuando, a nivel mundial, ni siquiera están garantizados los derechos de millones de personas en conceptos tan básicos como el acceso a una alimentación, sanidad o educación dignos, el capital presume de multimillonarios beneficios obtenidos gracias a esa maldita globalización capitalista en la que grandes empresas tienen carta blanca para esquilmar en cualquier parte del planeta, pero las personas tienen restringido el movimiento migratorio. Los habitantes del Sur sólo tienen derecho, al parecer, a ser expoliados sin cesar; pero jamás a disfrutar del reparto de una riqueza producida, en buena parte, por ellos y ellas mismas. Aquellas personas que procedemos de otros pueblos somos también parte del éxito o del fracaso de los vaivenes socioeconómicos del "norte", con la sangrante peculiaridad de que sólo se nos reconoce la posibilidad de ser protagonistas en las estadísticas de desempleo, marginalidad o tasas de delincuencia; curiosa manera de tratamiento de un porcentaje elevado de mano de obra que también produce riqueza y participa activamente en el mantenimiento de ese mal llamado "estado del bienestar" (¿bienestar de quienes?).

En nuestra tierra, en Euskal Herria, geográficamente enclavada en el corazón de la bestia imperialista, la Europa del capital, la afección de este ciclo de recesión económica está caminando a pasos agigantados. Miles de obreros y obreras engrosan las filas del Inem y otros miles se desayunan cada mañana con la noticia de un nuevo expediente de regulación (ERE) aceptado por la administración o presentado por el sector empresarial. Las capas populares más desprotegidas, migrantes, jóvenes y mujeres principalmente, ven desaparecer las bases de su sustento sin atisbar una señal positiva de cambio. Pero esta situación no ha sido provocada exclusivamente por los grandes capitales internacionales ajenos a nuestro entorno más próximo; los y las cómplices locales se hacen necesarios en este juego de intereses monetarios. Sin dejar de lado la lucha global, al pueblo vasco le toca solucionar los desmanes, que no son pocos, creados por la jauría gobernante en tierras vascas. PNV, PSOE, PP, UPN en Hegoalde y UDF o PSF en Ipar Euskal Herria, junto a la comparsa política y sindical que les acompaña, como buenos devotos del "neoliberalismo" transnacional, nos quieren hacer caer una vez más en su manida trampa. Nos presentan los ciclos económicos como resultado de una trayectoria natural en la que la oferta y la demanda imponen épocas de recesión o auge. Día sí y día también nos hablan desde el FMI, Banco Mundial u otras instituciones supranacionales de lo coyuntural de la situación y de que la actual recesión tocará fondo en breve. ¡Mentiras! El gran capital, que es quien maneja los hilos macroeconómicos mundiales y locales, ya ha conseguido su objetivo: la concentración de la riqueza en sus manos. Mientras las pequeñas empresas y autónomos deben pelear cada día por salir adelante; cuando miles de langileak ven peligrar sus puestos de trabajo y otros y otras ya lo han perdido, las aves de rapiña que hacen nido en los consejos de administración de grandes bancos o macroempresas multigremiales pregonan a los cuatro vientos sus inmensos beneficios. Ante semejante desfachatez, los gobiernos de turno recopilan fondos millonarios públicos y los ponen en manos de sinvergüenzas sin escrúpulos en lugar de aportar tales fondos para las necesarias inversiones sociales reclamadas por los distintos agentes que trabajan en el ámbito popular. Y aquí surge otro gran problema: pese a la histórica lucha político-sindical que el pueblo vasco ha liderado en esta parte de Europa en la que se enclava, las herramientas que nosotros y nosotras podemos utilizar como pueblo encadenado se hacen insuficientes. Se hace imprescindible, ahora también, un doble juego de liberación social y nacional que nos aporten los instrumentos referenciales identitarios (sin dejar de lado la necesaria pluralidad) para enfrentarnos a la realidad mundial de esta crisis provocada por los agentes capitalistas.

El capital no ha perdido fuerza ni poder pese a lo que ahora ellos llaman recesión económica. Se ha agazapado en su cueva y pretende salir indemne de la fractura económica que ellos mismos han creado. Pero lo que ya no puede esconder son las consecuencias negativas de su práctica. Nadie, salvo ellos y ellas mismas, es capaz de negar que ha sido la especulación bursátil, la burbuja financiera e inmobiliaria, el expolio de los países del Sur, las exigencias de la patronal sobre contratación y despido, etc… los principales factores en el empobrecimiento y la precarización del proletariado. Es por esto por lo que una mayoría social ya hemos dicho basta y nuevamente queremos denunciar las miserias del capitalismo; la lucha de clases no es una cuestión del pasado si no que ahora, más que nunca, se hace imprescindible; al igual que es necesaria una acumulación de fuerzas sociales y sindicales que ponga en marcha al pueblo. Y es aquí donde debemos incluir a aquellas bases sociales obreras que por unos motivos u otros han ido apoyando hasta ahora a aquellos lobbys políticos causantes del desastre económico actual. Conseguir este último objetivo no es tan difícil hoy por hoy ya que han sido sus propios líderes (políticos y sindicales) los encargados de desenmascarar la verdadera naturaleza de su hacer político: el beneficio monetario puro y duro.

Aquí, en Euskal Herria, ya hemos comenzado a dar pasos en tal dirección. La plataforma Herria Abian, compuesta por decenas de organizaciones sindicales y sociales, apoyada por cientos y cientos de personas de todos los pueblos y comarcas de nuestra tierra, se ha puesto en marcha. Unido a ello, la mayoría sindical vasca nos anuncia una jornada de huelga a la que deberíamos añadir también de lucha; esto empieza de nuevo a sonar bien. No es momento de desaprovechar los vientos favorables. Por lo tanto, toca ahora exteriorizar nuestro desacuerdo y nuestra protesta en la calle y en todos los foros en que la oportunidad esté de nuestra parte. No podemos permitir una nueva refundación del capitalismo. Es hora de comenzar a romper cadenas e instaurar un nuevo sistema más justo y solidario en el que la relación socioeconómica y cultural entre los distintos pueblos del mundo, en libertad y de forma autogestionada, sea una realidad. Gora herria! Kapitalismorik ez!

* Miembro de Anitzak Ekimena y de la plataforma Herria Abian

Donostia registra un aumento de casi un 19% en las ayudas de emergencia

Noticias de Gipuzkoa. Donostia.

El ayuntamiento repartirá 5,4 millones por este concepto este año. Los inmigrantes suponen el 14% de los peticionarios de estas subvenciones

El Ayuntamiento ha registrado entre enero y mayo de este año un 18,8% más de peticiones de Ayudas de Emergencia Social (AES), lo que le obligará a incrementar su aportación para estas subvenciones. En total, destinará 3,4 millones de euros, que se unirán a los fondos del Gobierno Vasco, que serán de 2,4 millones.

La concejala de Bienestar Social, Susana García Chueca, explicó ayer que la solicitud de estas ayudas - destinadas al pago y arrendamiento de la vivienda, gastos de energía y reparación y necesidades primarias como el dentista- se han visto incrementadas por encima de las previsiones municipales, que habían contemplado un crecimiento del 12%. Sin embargo, la crisis general y la incorporación de nuevos ciudadanos con derecho a solicitar estas subvenciones han hecho disponer de unos fondos superiores este año. Entre los nuevos peticionarios de las ayudas destaca un sector de jubilados que, desde julio del pasado año, tiene derecho a recibir un complemento de pensiones y que, como receptores de la renta básica, tienen también derecho a las AES.

En concreto, el complemento de pensiones registró el pasado año en Donostia 950 solicitudes (desde julio) y en el primer cuatrimestre de este año, 633. Estas incorporaciones han hecho que el número de peticiones para recibir una cantidad hasta alcanzar la renta básica haya crecido un 33% este año.

A lo largo del pasado ejercicio, el Ayuntamiento repartió 4,6 millones de euros en las AES. Un 42% de la cantidad fue aportado por el Gobierno Vasco. En este periodo, el Consistorio donostiarra hizo frente a 3.119 solicitudes de esta subvención y atendió a 2.852 familias integradas por más de 5.000 personas.

García Chueca destacó que, al contrario de lo que algunas voces afirman, los inmigrantes no son los principales beneficiarios de estas cantidades, ya que son los receptores del 14% de estas ayudas.

La corporativa destacó también que el Ayuntamiento tramita otras prestaciones, tanto para personas con minusvalías, como para inserción social y prestaciones no contributivas. En total, el Consistorio estima que entregará 5,8 millones de euros en estas ayudas sociales. La concejala de Bienestar Social recalcó que existe un compromiso municipal de llegar a todas las peticiones. Asimismo, confió en que el nuevo Gobierno Vasco modifique las normas de cara a que el Consistorio pueda recuperar parte de los fondos aportados sin ser de su competencia.