miércoles, 5 de agosto de 2009

El salario mínimo se encuentra lejos de los países avanzados a nivel social

El salario mínimo interprofesional (SMI) del Estado español se mantiene lejos de los países más avanzados a nivel social de la UE. En 2009 está fijado en 728 euros, lo que supone una diferencia del 38,73% con Gran Bretaña y es un 81,45% menos que el existente en el Estado francés. Además, el SMI es un 90,52% menor que el belga; un 100,8% inferior al irlandés y un 125,5% menor al de Luxemburgo.

GARA. Juanjo BASTERRA

Los datos de Eurostat confirman que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en el Estado español no se acerca al existente en los países más avanzados a nivel social de la Unión Europea. En veinte de los veintisiete estados está instaurado el salario mínimo, incluso la oficina estadística europea incluye datos de Estados Unidos y de Turquía, que sitúan esos niveles de rentas mínimas en niveles muy alejados también de los países punteros de la UE.

A la vista del análisis de los datos, se confirma que la brecha se mantiene y se prolonga en el tiempo, lo que supone perjudicar a miles de trabajadores que obtienen sus salarios en ese nivel económico bajo. Lo mismo ocurre con miles de pensionistas y perceptores de la renta básica en Hego Euskal Herria que tienen la referencia del salario mínimo para obtener las rentas mensuales.

En el Estado español el SMI alcanza los 728 euros al mes en doce pagas, según constata Eurostat. Esa cantidad es un 43% inferior a la cantidad económica que se establece para el umbral de la pobreza en Hego Euskal Herria, como año tras año reclama Elkartzen, movimiento en favor de los derechos sociales.

Grandes y graves diferencias

El SMI del Estado español es un 38,73% inferior al existente en Gran Bretaña, que rebasa los mil euros por poco. Es un 81,45% inferior al existente en el Estado francés o un 89,8% menor al de los Países Bajos. La diferencia se acrecienta con el salario mínimo que se paga en Bélgica, que es un 90,53% superior al del Estado español; el irlandés dobla los 728 euros mensuales que acordó el Gobierno liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, y Luxemburgo paga un 125,5% más. Por debajo del SMI del Estado español se encuentran Grecia, Malta, Eslovenia y Portugal.

El Gobierno español tiene el objetivo de llegar a 800 euros al final de la legislatura, lo que sería insuficiente para garantizar el umbral mínimo de la pobreza y acercarse con fortaleza a los países más avanzados.

La paradoja en este tema se encuentra en la división territorial de Euskal Herria. Porque un vasco de Lapurdi, Nafarroa Beherea o Zuberoa percibe un SMI mensual de 1.321 euros al mes, es decir 593 euros más que otro de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa o Nafarroa.

Los empresarios son los que hasta la fecha han ganado la batalla para evitar que el salario mínimo aumente a niveles de los países destacados de la Unión Europea, porque tendría un efecto sobre los salarios de elevación. También la Administración pública se beneficia, porque de esa manera los recursos que destina al pago de cantidades a los más necesitados es inferior.

Industria y Servicios

El estudio de Eurostat compara lo que supone el salario mínimo frente a las ganancias de los trabajadores de los sectores de la Industria y Servicios. Muestra que el SMI representa desde un 29% del salario de un trabajador del sector industrial o de servicios hasta el 50,5%. En el Estado español representa un 42,1% del salario de un trabajador y de un 48,1% de un trabajador en el Estado francés.

En Estados Unidos el salario mínimo representa el 31,2% del sueldo de un trabajador de la industria o del sector servicios.

El riesgo de pobreza crece en la Unión Europea en época de crecimiento y de crisis económica

El anuario de Eurostat de 2008 confirma que, una consecuencia de los bajos salarios mínimos, es el aumento de la pobreza entre los habitantes de la UE, tanto en época de crecimiento desbocado de la economía como en recesión. Es ahora cuando se está elevando el número de afectados, por el crecimiento del desempleo y, sobre todo, porque la Europa del Bienestar Social, aquella que se diferenció de otros modelos más agresivos como el estadounidense, está perdiendo peso específico.

Entre el año 2000 y el 2005, en pleno apogeo económico, la UE de los Veinticinco mantuvo en un 16% la tasa de riesgo de la pobreza, pero los analista de la oficina estadística europea confirman que durante estos dos últimos años ha empeorado y «se ha elevado en, al menos, dos puntos, según los avances que se están registrando».

En el Estado español, sin embargo, en ese período de riqueza desmedida para algunos, el riesgo a la pobreza creció del 18% al 20% y, en estos momentos, algunos técnicos en la materia confirman que ese nivel se encuentra ya próximo al 30% debido al efecto del paro masivo que se está produciendo. En el Estado francés, se habría reducido del 16% al 13%, aunque los técnicos confirman que está creciendo más.

Eurostat explica que en 2005 un 10% de los trabajadores del Estado español estaba en riesgo de pobreza, en el Estado francés, un 6%. En la actualidad, ese nivel de riesgo se ha duplicado.

El paro crece otra vez en Hego Euskal Herria y se confirma la precariedad

En un año se han sumado 51.647 personas al desempleo

El paro aumentó en 755 personas en Hego Euskal Herria en julio y suma ya 154.434 desempleados, un 11,35% de la población activa. En doce meses, son 51.647 parados más en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. Por contra, disminuyó la contratación laboral fija en un 35,14%.

GARA. Juanjo BASTERRA | BILBO

El desempleo creció en julio en Hego Euskal Herria después de dos meses de reducciones. El mercado laboral vasco es muy vulnerable, como lo demuestran los datos de los Servicios Públicos de Empleo, debido a la elevada precariedad laboral, que permite a los empresarios deshacerse de la mano de obra en el momento que disponga.

En julio, 755 personas se sumaron a las listas del paro en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. Son ya 154.434 parados, pero en un año ha aumentado en un 50,24% en Hego Euskal Herria, ya que en estos doce meses han engrosado las listas un total de 51.647 personas más.

A estos datos hay que añadir el efecto negativo que se está produciendo en la contratación laboral. Hasta julio, se han firmado en Hego Euskal Herria un total de 485.719 contratos de trabajo, lo que supone una reducción de 61.869 contrataciones. Asimismo, el 91,73% de las contrataciones son temporales. Además, en ese periodo interanual se han firmado 21.741 contratos fijos menos, lo que supone una reducción del 35,14%.

La estadística oficial, por otro lado, recuerda que en Hego Euskal Herria hay 216.726 demandantes de empleo; de ellos 50.125 personas cuentan con un trabajo, pero desean cambiar.

También se conocieron ayer los datos de la afiliación a la Seguridad Social. En este caso, en Hego Euskal Herria se redujo el número de inscritos en 814 personas, pero en los últimos doce meses la caída de la afiliación suma ya 60.194 personas, lo que pone de manifiesto la gravedad de la repercusión de la crisis económica en el empleo.

Las perspectivas para el futuro inmediato no son positivas, como han tenido que reconocer los diferentes agentes sociales y los organismos públicos. El Gobierno de Gasteiz recordó que en julio «se inicia el ciclo de crecimiento de paro registrado, que suele durar hasta comienzos del siguente año», mientras que el Gobierno de Iruñea expresó que «es un dato negativo, aunque es un mes alcista».

Ciertamente, sólo Hego Euskal Herria, Murcia y Catalunya han cerrado julio con aumento en el número de desempleados. La Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT) adelantó, en ese sentido, que a la vuelta del verano los datos de desempleo serán más negativos también en el resto del Estado español, a pesar de que en julio redujo el número de parados en 20.794 personas.

Esta apreciación va en consonancia con las previsiones que han manifestado recientemente los dirigentes de las diferentes patronales, que han reconocido que los expedientes de regulación de empleo se van a recrudecer a partir de setiembre. En este caso, CCOO de Euskadi recordó ayer que «la crisis sigue muy presente» y lamentó «el deterioro progresivo del empleo». Cándido Méndez, secretario general de UGT en el Estado español, dijo que el paro a nivel estatal se redujo por «el efecto de la estacionalidad» y las «ayudas económicas a la contratación» para las administraciones locales, pero añadió que «es más que probable que el paro aumente después del verano».

Las diferentes organizaciones representativas de los trabajadores autónomos recordaron, por otro lado, que se está produciendo una pérdida elevada de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, «más preocupante que los efectos negativos del aumento del paro».
Un 33% de los desempleados no recibe prestación económica para sobrevivir

Los datos oficiales confirman que uno de cada tres parados de Hego Euskal Herria no percibe prestación económica ni subsidio por desempleo. En total, son 50.544 personas que no cuentan con unos ingresos de las arcas públicas. De los 154.434 desempleados de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa perciben prestación o subsidio un total de 103.890, según los datos del Ministerio español de Trabajo e Inmigración.

En este sentido, hay que recordar que, aunque el Gobierno español ha aprobado entregar durante seis meses 420 euros, cantidad inferior al salario mínimo interprofesional, a quienes hayan agotado el período de prestación o subsidio, fue en una de las reformas laborales de la década de los noventa cuando se elevaron los períodos de contratación para tener acceso a prestación y, a su vez, ésta se redujo.

Por herrialdes las diferencias son notables. En Bizkaia sólo uno de cada cuatro parados percibe prestación económica (24,5%); y en Nafarroa, el 27,2%. Mientras que en Gipuzkoa se eleva al 31% y en Araba, al 32%. Según los datos oficiales, el gasto para el pago de prestaciones, que se recauda de las cotizaciones, es de 137 millones al mes.

Abstracción de una realidad muy cruda

GARA. Editorial

Dentro del sistema socioeconómico imperante en Occidente, el capitalismo contemporáneo, el pleno empleo hace tiempo que dejó de ser un objetivo político para convertirse en una consecuencia más del crecimiento económico. Una consecuencia por así decirlo matemática, supuestamente garantizada por la consecución de los objetivos marcados por la perspectiva neoliberal. Incluso aquellos partidos considerados socialdemócratas abandonaron ese objetivo político, dejándolo en manos del mercado. Ahora mismo, en plena crisis, sus políticas están dirigidas a lograr la reactivación económica, es decir, a volver a tasas de crecimiento pasadas que traigan como efecto colateral la bajada de un paro que amenaza con generar diferentes grados de conflictividad social. Esta perspectiva para afrontar una crisis que es estructural al sistema muestra la miseria moral del mismo. Lo vital, el bienestar, la riqueza, el desarrollo, la igualdad y la justicia es considerado un efecto secundario benigno más que objetivo central de la política y la economía.

Los datos del paro publicados ayer reflejan la cara más dura de la crisis actual. No sólo los escandalosos datos del desempleo -¡un 50% más en un año en Hego Euskal Herria!-, sino la precariedad que los acompaña, el desamparo que generan en amplios sectores sociales -que son, además, los más vulnerables-. El paro femenino, el paro de familias enteras, el paro juvenil, el progresivo agotamiento de los subsidios por desempleo, la falta de estos en muchos casos... Los datos, por fríos que sean, representan esas tragedias humanas.

Y es ahí donde está el peligro de esos números. Como representación que son, tienen el peligro de matizar la realidad, de mostrar una abstracción que si bien en un primer momento puede escandalizar, a medio plazo no alcanza a representar la verdadera crudeza de la realidad. Por eso, más allá de los números, hay que mirar a las tendencias que éstos marcan. Por eso, más que leer las reacciones oficiales hay que proyectar una respuesta en el plano estructural. Es necesaria una alternativa a un sistema que asume esos datos como algo natural.

Se eleva a 112 el número de personas y empresas declaradas insolventes en tres meses en Hego Euskal Herria

El número de empresas y personas que se han declarado en concurso de acreedores en Hego Euskal Herria se ha elevado a 112 en el segundo trimestre del año frente a los 63 registrados en el mismo período del pasado ejercicio.

GARA. BILBO-.

Los datos dados a conocer por el instituto de estadística español muestran que el número de deudores concursados –antigua suspensión de pagos– ha aumentado en 49 en un año, pasando de 63 a 112.

Del total de concursos, 110 fueron voluntarios y dos necesarios. Un total de trece de los procedimientos fueron ordinarios y 99 abreviados.

La gran mayoría de las 103 empresas que han presentado suspensión de pagos son pequeñas. Del total, 58 tienen plantillas que oscilan entre uno y veinte trabajadores; otras 28 emplean a entre 50 y 99 trabajadores y sólo una supera la centena.

La mayoría de las empresas pertenecen al sector de Industria y Energía, así como a la Construcción y Promoción Inmobiliaria, al Comercio al por Mayor y a actividades profesionales y administrativas en menor medida.

En el Estado español, el número de empresas y personas que se declararon suspensión de pagos alcanzó la cifra récord de 3.285 en el primer semestre, el triple que en igual período de 2008, tras marcar un nuevo máximo entre abril y junio.

El presidente de la federación de autónomos ATA, Lorenzo Amor, señala que el aumento de los autónomos insolventes es "un reflejo del drama" que vive este colectivo por la falta de financiación y la fuerte morosidad tanto pública como privada.

"El día a día de los tres millones de autónomos es, para muchos, realmente complicado, como prueba el hecho de que el 300.000 trabajadores por cuenta propia y microempresas se hayan visto obligadas a cesar su actividad en el último año", indica en un comunicado.